Establece una rutina relajante nocturna Establece una rutina relajante nocturna Una rutina nocturna consistente prepara tu mente y cuerpo para la transición del estado de vigilia al sueño. Actividades como tomar un baño tibio, leer un libro impreso, escuchar música suave, meditar o practicar estiramientos suaves reducen la frecuencia cardíaca y el estrés. El baño tibio es especialmente efectivo: al salir, la bajada de temperatura corporal imita el proceso natural que ocurre antes de dormir, enviando una señal de sueño al cerebro. Evita actividades estimulantes como discusiones intensas, trabajo o ejercicio. Realizar la misma secuencia de acciones cada noche condiciona al organismo a asociar esas actividades con el descanso. Esta rutina actúa como un ritual de cierre, calmando la mente y mejorando significativamente la facilidad para conciliar el sueño y la calidad del descanso.
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